
He encontrado consuelo con solo mirarte; tus manos cual milagro en la tierra, tus palabras jazmines en el verano, y tu abrazo sin duda la paz en mi alma. Quisiera decirte tantas cosas; que la vida no es de colores alegres, tú me lo aseguraste, aquí estoy entre olas bravías. Tus ojos de arco iris me confundieron; te necesito es es todo. Me hace falta tu aroma por las mañanas; a café amargo y canela, Quisiera compensarte; darte el mundo entero, cubrirte de mariposas y sueños. — ¡Dios dame una forma para hacerlo! De niña me protegiste siempre, y ahora protectora mía, no dejes de hacerlo, mis engranajes son más complejos. Te digo Madre mía; he tenido días malos, pero al pensar en ti nada importa, sé que, con una mirada tuya, un abrazo de cielo y un beso de gloria; Los colores regresan más vivos.
Elia Santos
2017